
El alcalde, Jerónimo Saavedra, y el concejal de Ordenación del Territorio, Néstor Hernández, informaron de la terminación del Plan General de Ordenación de la ciudad. Como le ocurre a los otros 87 municipios canarios, el planeamiento urbanístico de la capital grancanaria estaba bloqueado –hasta hoy- porque no se había adaptado íntegramente a las sucesivas leyes autonómicas sobre la materia.

Seguridad para las inversiones
Este Plan General incluye además cuatro ejes fundamentales para el grupo de gobierno: un hotel de congresos y un pabellón de exposiciones en El Rincón, un programa público de viviendas, infraestructuras clave como las de depuración de aguas residuales y propuestas para la mejora de la movilidad urbana (transporte público, áreas peatonales, carriles para bicicletas y soluciones al tráfico).
El Plan General de Ordenación de Las Palmas de Gran Canaria también aporta la necesaria seguridad jurídica para afianzar las inversiones y la generación de empleo. Otro de los objetivos es iniciar el debate sobre la renovación en altura. Este concepto va directamente ligado al del esponjamiento de la trama urbana para ganar dotaciones, en especial en aquellas zonas donde la densidad de las construcciones impide crear espacios libres.
El documento que hoy se ha presentado rompe con modos anteriores de gestionar el urbanismo en la ciudad. La continua llegada de sentencias firmes contra el Ayuntamiento en el último año y medio es fruto de esa forma pretérita de entender la gestión pública en esta materia.