M. REYES Diario La Provincia- LAS PALMAS DE GRAN CANARIA. Vegueta se sacudió ayer su particular sambenito de barrio formal y aburrido con la romería de la Virgen del Rosario, un reguero de miles de peregrinos que cambiaron por un día el asfalto de los pueblos para recorrer a golpe de parranda las principales calles de este distrito de la capital.
La comitiva la encabezaba un pequeño rebaño de 50 ovejas traídas de Teror y capitaneadas por Enrique Naranjo, que partió a media tarde desde la Alameda de Colón y llegó al borde de la noche a la plaza de Santo Domingo, donde la veintena de carretas descargó sus ofrendas para seguir con la fiesta.
Ahí, en la parte de atrás de los carromatos, se cortaban los quesos, se servían los rones y se repartían los chochos a puñados, mientras los grupos folclóricos entonaban las canciones canarias de siempre y los bailes se desplegaban por Obispo Codina rumbo a la catedral. Detrás avanzaban despacio casi 40 vacas y bueyes, burros de todos los pelajes y hasta un pony que arrastraba un pequeño carro.
Pero entre tanto furor romero destacaba la oveja lanuda de Andrés, conocido en Firgas como el verbena, quien se movía romería arriba y romería abajo con Ruth, engalanada ella con una especie de cachorro y presta a seguir la voz de su amo. "La crié a biberón desde pequeña y me la llevo a todas las fiestas", explicaba Andrés a propios y extraños, que aprovechan el cuento del firguense para sacarle la foto de rigor. "No le des de beber que luego te da patadas", chillaba desde más allá otro avezado hombre de campo.
También hubo quien aprovechó la ocasión para retratarse junto a las bestias. "Me llaman la atención los bichos como ese", aseguraba Rosario al tiempo que señalaba a un toro manso de 900 kilos que se cogía todo el ancho de la calle General Bravo, justo al lado de la alameda, que es donde los turistas y los lugareños se agolparon curiosos para ver salir a la comitiva. El verdadero aluvión de gente llegaría unas cuatro horas después, cuando las carretas dejaron atrás Doctor Chil, Reyes Católicos y enfilaron la calle Tello rumbo a la plaza de Santo Domingo. La Policía Local calculó una asistencia similar a la del año pasado, en torno a las 20.000 personas entre la fiesta diurna y nocturna.
Entre las carrozas que desfilaron destacó un viejo camión cargado de arretrancos varios, máquinas de coser Singer y gallinas en pequeños corrales portátiles. También se desencadenó otra romería paralela a la oficial, que discurría por las laberínticas calles de Vegueta y Triana. En ellas abundaban los carros de supermercado cargados de hielo y alcohol, así como grupos de jóvenes transgrediendo el tipismo canario a base de escotes, ombligos al aire y gorros a lo Pete Doherty.
En el arranque de la romería, que ya va por su 14 edición, se echó en falta la presencia de los concejales capitalinos, pues a la hora del arranque sólo estaba Chani Ruiz al frente de una desolada carreta del Ayuntamiento. Para hoy a las 20.00 está prevista la tradicional procesión de la Virgen del Rosario, que en esta ocasión saldrá de la iglesia acompañada por la imagen de santo Domingo de Guzmán.
La comitiva la encabezaba un pequeño rebaño de 50 ovejas traídas de Teror y capitaneadas por Enrique Naranjo, que partió a media tarde desde la Alameda de Colón y llegó al borde de la noche a la plaza de Santo Domingo, donde la veintena de carretas descargó sus ofrendas para seguir con la fiesta.
Ahí, en la parte de atrás de los carromatos, se cortaban los quesos, se servían los rones y se repartían los chochos a puñados, mientras los grupos folclóricos entonaban las canciones canarias de siempre y los bailes se desplegaban por Obispo Codina rumbo a la catedral. Detrás avanzaban despacio casi 40 vacas y bueyes, burros de todos los pelajes y hasta un pony que arrastraba un pequeño carro.
Pero entre tanto furor romero destacaba la oveja lanuda de Andrés, conocido en Firgas como el verbena, quien se movía romería arriba y romería abajo con Ruth, engalanada ella con una especie de cachorro y presta a seguir la voz de su amo. "La crié a biberón desde pequeña y me la llevo a todas las fiestas", explicaba Andrés a propios y extraños, que aprovechan el cuento del firguense para sacarle la foto de rigor. "No le des de beber que luego te da patadas", chillaba desde más allá otro avezado hombre de campo.
También hubo quien aprovechó la ocasión para retratarse junto a las bestias. "Me llaman la atención los bichos como ese", aseguraba Rosario al tiempo que señalaba a un toro manso de 900 kilos que se cogía todo el ancho de la calle General Bravo, justo al lado de la alameda, que es donde los turistas y los lugareños se agolparon curiosos para ver salir a la comitiva. El verdadero aluvión de gente llegaría unas cuatro horas después, cuando las carretas dejaron atrás Doctor Chil, Reyes Católicos y enfilaron la calle Tello rumbo a la plaza de Santo Domingo. La Policía Local calculó una asistencia similar a la del año pasado, en torno a las 20.000 personas entre la fiesta diurna y nocturna.
Entre las carrozas que desfilaron destacó un viejo camión cargado de arretrancos varios, máquinas de coser Singer y gallinas en pequeños corrales portátiles. También se desencadenó otra romería paralela a la oficial, que discurría por las laberínticas calles de Vegueta y Triana. En ellas abundaban los carros de supermercado cargados de hielo y alcohol, así como grupos de jóvenes transgrediendo el tipismo canario a base de escotes, ombligos al aire y gorros a lo Pete Doherty.
En el arranque de la romería, que ya va por su 14 edición, se echó en falta la presencia de los concejales capitalinos, pues a la hora del arranque sólo estaba Chani Ruiz al frente de una desolada carreta del Ayuntamiento. Para hoy a las 20.00 está prevista la tradicional procesión de la Virgen del Rosario, que en esta ocasión saldrá de la iglesia acompañada por la imagen de santo Domingo de Guzmán.